Al
ver la estatua del noble
caballero de la triste figura montado en su
caballo Rocinante, el
poeta pensó que sería bueno que resucitara para defender la noble
causa de los derechos humanos. Los molinos de viento perseguidos por
la lanza del Hidalgo serían ahora los
dictadores, policías y militares torturadores, políticos,
funcionarios y jueces corruptos, terroristas, secuestradores, violadores, narcotraficantes y traficantes de armas.
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