sábado, 28 de noviembre de 2020

El pendrive

El abuelo fue a un negocio de computación a comprar un pendrive para su nieto. Sacó el papel de su bolsillo, confirmó lo que leía y preguntó a la vendedora si lo tenían. Cuando ella le contestó afirmativamente, le explico que era para su nieto, pero que él no sabía para que era.

Bueno, un pendrive es un aparatito en el que se guarda todo lo que hay en la PC..., le dijo la vendedora.

Ah, es como un disquete...

No. En el pendrive usted puede guardar textos, imágenes y películas. El disquete ya no existe, solo guardaba textos. Las PC de hoy no tienen entrada para disquete y casi ninguna incluso para CD. Todas vienen para pendrive.

¿De cuántos gigas lo necesita?

¿Cuántos qué?

¿De cuántos gigas quiere el pendrive, o sea la capacidad de información que quiere guardar en él...

Ah, OK.... ¿Y cuántos tamaños tienen?

Puede tener 2, 4, 8 o 16 gigas..

No sé, mi nieto no me dijo cuántos gigas necesita...

En ese caso, le aconsejo llevar el mayor.

¿Su entrada es USB?

¿Cómo?

Es que para acoplar el pendrive en el PC debe haber una entrada compatible...

―¿Pero USB no es la potencia del aire acondicionado?

No,... eso es BTU.

¡Ah! Parece que confundí las iniciales..

―USB tiene unos dientes que se encajan en los orificios del PC. El otro tipo de USB era el P2, más tradicional, y aquí usted solo tiene que meter el pico en un agujero redondito...

―¿Su PC es nueva o antigua?―, le preguntó la vendedora, aclarándole que en las nuevas era USB, pero si era algo más vieja P2.

Me parece que la computadora tiene dos años.... Bueno, no sé que hacer. Mejor le voy a preguntar a mi nieto y vuelvo otro día ―, le dijo finalmente el abuelo bastante desconcertado, mientras sentía en el fondo de su corazón que el mundo moderno le había pasado por encima. 




 
Diploma VI Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo.

La siguiente la pago yo. España. Noviembre 2019.


miércoles, 18 de noviembre de 2020

Laguna seca

El abuelo y el nieto avanzaban sedientos por un desierto que se extendía hasta el lejano horizonte. Caminaban entre las grietas del suelo, envueltos en pequeños remolinos de polvo producidos por el viento

— A tu edad yo solía nadar en esta laguna —, dijo el abuelo.

— ¿Laguna? No inventes historias, abuelo.—, le replicó el nieto.

Inmersos en esa sequía el abuelo sonrió con tristeza, añorando en sus recuerdos el agua desaparecida por el cambio climático.




 

 


 

 

Finalista V Concurso de Micronarrativas. Otoño. 

Incluido en el libro: Deseos.

Creatividad Literaria. España. Noviembre 2020.

Ven conmigo

Ven querida, quédate conmigo,

mi primavera pasó de largo

y el otoño me llegó con saña,

pero aún estoy enamorado.


Ven, no me dejes en soledad,

necesito que estés a mi lado,

porque es seguro que tu presencia

calmará este dolor que me aqueja.


Ven, y dame todo aquel cariño

que muchas veces me has prodigado,

y aunque ahora me acose el destino

bésame, si aún sientes ternura.



 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Poesías. Tiempo otoño.

Incluido en el libro: La levedad del otoño.

Creatividad Literaria. España. Noviembre 2020.

 

Espera en una noche de otoño

Los grillos cuchichean en el parque entre las hojas secas en esta noche de otoño, mientras espero a la vera de un intrincado sendero. La tenue oscuridad parece no cubrirme completamente, pero si la paciencia. No hay nada que no ocurra si uno no tiene la suficiente convicción de esperar. Esperar es la clave. Esperar hasta que él aparezca, hasta que se acerque. Esperar…esperar…

Esta senda parece una garganta infinita entre las penumbras. Espero con el tesón de un verdugo y permanezco inmóvil, imperceptiblemente inmóvil, tan inmóvil como una piedra. En este universo de quietud, envuelto en el resonar de los grillos, siento como si el tiempo en la noche se hubiese detenido .

Mientras mis pensamientos se encadenan en la espera, tengo un profundo sentimiento de venganza, provocada por la injusticia ocurrida después de un año de aquella tragedia. Porque esta cruel ansiedad que me invade, es una sensación que comenzó a carcomerme desde que me enteré que ese personaje maléfico salía libre de la cárcel con la autorización venal del Juez.

Ahora lo veo. Allá a lo lejos se acerca en la oscuridad el asesino y violador de mi esposa, que viene caminando feliz y desprevenido entre las hojas secas del sendero del parque. La espera a terminado. Ha llegado finalmente el momento de aferrar con fuerza el cuchillo y prepararme para dar el salto mortal.



 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Cuentos Breves. Tiempo otoño.

Incluido en el libro: La levedad del otoño. 

Creatividad Literaria. España. Noviembre 2020.



martes, 17 de noviembre de 2020

La sirena y el mar

En la orilla de arena interminable

las olas rugen ardorosamente,

mas la espuma se dispersa amigable

y acaricia la playa dulcemente.


A lo lejos, en un mar admirable

aparece una sirena atrayente,

que exacerba mi espíritu excitable

inmersa en el azulado poniente.


Emitiendo un reluciente destello

ella que es muy coqueta y atrevida,

se dirige hacia mi como algo bello.


Pero al llegar sonriente y divertida

y yo querer gozar de todo aquello,

me despierto en la arena humedecida.

 


 

 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Sonetos. La lupa.

 Publicado en el libro Curiosidad.

Mundo Escritura. España. Noviembre 2020.

La lupa de mi vida

Quiero ver mi vida con lupa

para ampliar los hechos pasados,

mas las huellas están marchitas

por todo el tiempo transcurrido.

Y veo una imagen borrosa

de los recuerdos de mi vida,

que tratan con sombras difusas

de ocultar su luz con olvido.

 



 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Micropoemas. La lupa.

 Publicado en el libro Curiosidad.

Mundo Escritura. España. Noviembre 2020.

La hora señalada

Estaba esa tarde esperando parado en la estación, tiritando de frío, cuando vio que se acercaba el tren. En ese momento sintió repentinamente un intenso dolor en el pecho y al mirar el reloj colgado en la pared, tuvo la sensación que le estaba señalando la hora de su muerte. En aquella tarde fría de invierno, a la llegada del tren el viejo reloj de la estación se había detenido.



 

 

 


 

 

Mención del Jurado VI Concurso de Microrrelatos. La lupa.

Publicado en el libro Curiosidad. 

Mundo Escritura. España. Noviembre 2020.

Vieja calle de tierra

Con traje de lujo para mejorar el acceso

en este nuevo tiempo llegó alegre la gran vía,

y con su final del barro y destino de progreso,

a aquella calle la llenaron de melancolía.

Ahora soporta la realidad del asfalto,

mas el recuerdo de ayer vive en ella todavía,

y envuelta en esa rutina de semáforo y auto,

la vieja calle de tierra añora su poesía.

 


 


 

 

Finalista VI Concurso de Micropoemas. Nuestros Mayores. 

Publicado en el libro Tiempo.

El Muro del Escritor. España. Noviembre 2020.

 

Abuelo ausente

Ayer enterraron al abuelo. Su pequeño nieto que lo quería muchísimo, está hoy muy apenado por su ausencia por motivos sentimentales, dado que ya no podrá acompañarlo en su vida con el cariño que siempre le brindó. También los padres del niño están hoy muy apenados por su ausencia, pero por motivos materiales, dado que ya no podrán cobrar mensualmente su elevada pensión.



 


 

 

Finalista VI Concurso de Microrrelatos. Nuestros Mayores.

Publicado en el libro Tiempo.

El Muro del Escritor. España. Noviembre 2020.

lunes, 16 de noviembre de 2020

El sol

El sol las hiere,

y sangran en el campo

las amapolas.


Día nublado,

se enojan con el sol

los girasoles.


Clarea el mar,

y al graznar las gaviotas

despierta el sol.

 


 

 

 


 

 

Finalista VI Certamen de Haikus Kobayashi Issa. 

Publicado en el libro Haikus y Sonetos LII.

Letras como Espada. España. Noviembre 2020.

El náufrago

En esa noche de luna llena observó con sus binóculos la estéril lucha de un bote contra el oleaje, hasta que se esfumó de la superficie de las aguas. Luego de un momento, al distinguir al sobreviviente que nadaba hacia la costa, se dirigió hacia al lugar donde arribaría el náufrago. Fue en el anochecer, cuando después de ver a ese hombre subir al bote, al entrar a su casa encontró el cadáver de su esposa, torturada y violada. Mientras iba hacia allí, revisó minuciosamente el filo de su navaja.



 


 

 

Finalista VI Certamen de Microrrelatos.

Publicado en el libro Danza.

Letras como Espada. España. Noviembre 2020.

lunes, 9 de noviembre de 2020

More or less

Tenía previsto rendir el final de inglés técnico para marzo, pero en diciembre me llamó un amigo que me dijo que el examen era una traducción del libro y repasando algo “more or less” y con la ayuda de un diccionario, aprobaríamos fácilmente. Sonreí, porque él siempre empleaba esa pequeña muletilla del “más o menos”, para salir del paso en algunos de sus parloteos en inglés.

Luego de pensarlo bastante tiempo, finalmente decidí presentarme. Pero lamentablemente llegué un poco tarde al examen y cuando entré al aula la profesora pronunciaba pausadamente en inglés algo ininteligible para mis escasos conocimientos del idioma, mientras todos los alumnos estaban escribiendo en una hoja sobre el pupitre. Cuando me senté en el banco al lado de mi amigo, con un gesto le indagué que pasaba y me susurró con los ojos espantados: ¡Está dictando! Nos miramos y repentinamente tomamos la única determinación posible: huir despavoridos ante la mirada atónita de la profesora.

Años después, ya recibidos de ingenieros, mi amigo y yo trabajábamos juntos como consultores en proyectos de instalaciones de aire acondicionado y nos invitaron a una presentación de unos nuevos equipos importados. La reunión era en las oficinas de la firma representante y la disertación la daría un especialista, que había viajado expresamente de los Estados Unidos.

Éramos en total unas quince personas sentadas alrededor de una enorme mesa. A mi me ubicaron justamente en la cabecera, donde estaba el proyector y a mi amigo en la parte trasera. Como el traductor no había venido, el promotor de la firma que nos había invitado y que era además el organizador del evento, nos dijo que no nos preocupáramos, porque él mismo se encargaría de evacuar cualquier duda que pudiera suscitarse con el idioma.

El expositor hablaba muy rápido y en un inglés americano cerrado y yo, por más que trataba de concentrarme, no entendía absolutamente nada y presumo que tampoco el organizador del evento, por la cara de pánico que tenía. El americano era bastante simpático y yo me entretenía viendo los gráficos y las figuras de los aparatos de aire acondicionado que proyectaba en la pantalla. Como era el más cercano, casi siempre me miraba para ver si estaba de acuerdo con lo que decía y yo maquinalmente le mentía asintiendo con la cabeza. ¿Qué otra cosa podía hacer?

Cuando finalizó la disertación, sorpresivamente, comenzó a hablarme directamente a mí que estaba sentado adelante, presumo que para preguntarme mi opinión. Yo lo oía con terror, sin entender absolutamente nada mientras él me hablaba con una sonrisa y cuando terminó, después de lo que fue un siglo para mí, esperaba con ansiedad mi respuesta.

Me quedé en silencio, buscando desesperado con la vista al organizador del evento para que me ayudara con el idioma, pero en ese momento crítico se había escurrido misteriosamente. Estaba perdido y sonrojado hasta la médula, sentí un sudor frío que recorrió mi frente, y paralizado como si fuera una estatua, permanecí mudo sin poder articular palabra.

Al ver que yo no le contestaba, el especialista inquirió a los que estaban ubicados detrás mío, algo que sonaba como: “¿Do you understand me?”. Para mi sorpresa y la de él, ninguno de los asistentes atinaba a responderle y un silencio aterrador nos envolvió a todos. La realidad no podría ser otra: ¡Nadie había entendido absolutamente nada!

De pronto, surgiendo de la penumbra del final de la mesa, sentí la voz de a mi amigo que con un tímido susurro, apenas perceptible, le contestó: “more or less”, y en ese profundo silencio y con mi espíritu atribulado, esa aseveración sonó como si fuera un grito lastimero, pidiendo auxilio en el desierto.

Por suerte, en ese mismo momento apareció el organizador del evento, con una trouppe de mozos y esbeltas chicas, trayendo una picada espectacular, con bastantes bebidas y demás enseres, que nos salvó de esa difícil situación, ante la mirada asombrada del expositor.




Semifinalista V Concurso de Relatos

Tema :La vez que peor lo pasé.

Publicado en el libro: Negros Recuerdos.

La Cesta de las Palabras. España. Enero 2013.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Noche en el parque

Noche se esconde

cuando el sol del ocaso

alumbra el parque.


Obnubiladas

las aves en tinieblas

vuelan a nidos.


Cantan los grillos

y su eco con las flores

perfuma el parque .


Hay en la noche

luciérnagas con luces

intermitentes.


El parque oscuro

ve asomarse la luna

y amor presiente.


En cita eterna

se encuentran en la noche

luna y amores


No eran farolas

esas luces lejanas

eran estrellas.


Entre las sombras

el chasquido de un beso

rompe el silencio.


La luna llena

alumbra en el sendero

a enamorados.


Poeta es viejo

pero la luna es joven

y lo subyuga.


Amor furtivo

en el claro de luna

no era inspirado.


Rimando versos

va pasando en el parque

la larga noche.


Quiere el poeta

que la luna en la noche

no lo abandone.


Unas estrellas

titilan despidiendo

al cielo oscuro.


El nuevo día

tiene un sol escondido

tras unas nubes.



 


 

 

 

 

 

Mención de Honor VI Certamen de Siglema 575.

Publicado libro de antología: Dí lo que quieres decir 2020.

Scriba NYC. Puerto Rico. Noviembre 2020.

Audio de la poesía:

https://www.youtube.com/watch?v=_wy3j35b73E