martes, 29 de septiembre de 2020

Anécdota de mi niñez

Atrapado con barrotes invisibles, pero reales, en esta jaula de muerte, comenzó a surgir en mi mente como a través de un velo, un recuerdo de la última visita que le hice en mi infancia a mi abuelo, en el hospital donde estaba internado.

Yo lo quería mucho, porque siempre me contaba cuentos y jugaba conmigo alegre y divertido. Ese día al ver su cara arrugada y sus achaques, realmente me parecía muy viejo.

― ¿Cuántos años tienes abuelo? ― , le pregunté de golpe .

― Tengo ochenta años ― , me contestó sonriendo mi abuelo.

― Entonces, te falta poco para morir― , le dije con el candor e inocencia propio de un niño y luego, al darme cuenta que había metido la pata, me quedé callado y pensativo.

Mi abuelo se rió sin darle importancia a mis palabras, comprendiendo que tal vez, se me había revelado de golpe una verdad demasiado brutal para mi comprensión infantil.

Ahora, a punto de romper las cadenas que me sujetan a lo terrenal, internado en cuarentena en terapia intensiva por la pandemia del coronavirus, yo no puedo recibir la visita de mi nieto en el hospital como mi abuelo en aquel entonces, y por eso me produce una enorme nostalgia el rememorar esa anécdota de mi niñez.

 

 

 

 

 


Seleccionado VI Concurso Internacional de Prosa.

Publicado en libro Recordando mi niñez.

Versos compartidos. Uruguay. Septiembre 2020.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Viejo bargueño

Las añoranzas

viven en los cajones

de ese bargueño.


A sus amantes

guarda el viejo bargueño

en color sepia.


En el bargueño 

escondiendo recuerdos

el tiempo pasa.



 

 

 


 

Mención del Jurado VI Concurso de Haikus.

Un bargueño para mis cuentos.

Publicada en el libro: Toda la verdad.

Mundo Escritura. España. Septiembre 2020.

Abordaje pirata

Aquella nave pirata surgió inesperadamente sin ser detectada por el galeón español y como ya estaba muy cerca de la popa, le fue imposible escapar. El abordaje fue inmediato y los garfios de los piratas no tardaron en clavarse con saña en los marineros del galeón. Mientras se escuchaban sus gritos desgarradores, los tiburones daban cuenta de algunos cuerpos que flotaban a la deriva. Fue allí cuando su madre se arrodilló frente a la bañadera llena de juguetes, provista de esponja y jabón.

 


 

 

 


 

Mención del Jurado VI Concurso de Minicuentos. 

Un bargueño para mis cuentos. 

Publicada en el libro: Toda la verdad.

Mundo Escritura. España. Septiembre 2020.

 

jueves, 17 de septiembre de 2020

Frescura de verano

La luz del sol se asoma a mi ventana

y hoy el día será una caldera,

alta temperatura nos espera

pero aún esta fresca la mañana.


La brisa que un dulce perfume emana

viene bajando desde la ladera,

y trae una fragancia pasajera

que penetra a través de la persiana.


Como mi jardín sufre los calores

me levanto para regar las rosas,

que me premian con sus bellos colores.


En tanto unas traviesas mariposas

van revoloteando entre las flores,

y muy alegres las liban ansiosas.



 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Sonetos. Tardes de verano.

Publicado en el libro El último verano.

Creatividad Literaria. España. Septiembre 2020.

Las nubes del mar

A unas nubes del cielo que nacieron temprano

les pedí que me cuenten las historias del mar,

y las errantes nubes me dieron una mano

con varios misterios que quisieron revelar.


Me relataron leyendas de naves perdidas

por una sirena que lejana apareció,

y de una barcaza con entrañas carcomidas

que por siempre encallada en las rocas se durmió.


Me narraron historias de viejos marineros

que en los distintos puertos encontraron amor,

y que navegando en las noches con sus veleros

de sus tristes soledades sintieron temor.

 

Me contaron aventuras épicas pasadas

que con furia Neptuno y Eolo provocaron,

levantaron gigantescas olas encrespadas

y en segundos, millares de naves destrozaron.


Al escuchar de las nubes esas fantasías

yo unos versos les quise dedicar,

los escribí inspirándome en largas travesías

sobre inquietas olas, en la inmensidad del mar.

 


 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Poesías. Junto al mar.

Publicado en el libro Como el mar.

Creatividad Literaria. España. Septiembre 2020.

El amor del sol y la mar

Cuando ya empieza a descorrerse el velo de la larga y estrellada noche, el sol emerge imponente en el horizonte de la mar. Radiante y feliz, en un bello rito, el sol danza con las aguas agitadas de la mar durante el día, en una sensual melodía de amor, inundando con su luz, las hermosas tonalidades azules a sus oleajes.

¿Tal vez desea la mar desnudarse ante el sol para mostrar su majestuosa grandeza? o ¿tal vez el sol quiere que la mar le devele el mágico secreto de sus legendarias sirenas?

Pero no todo es amor platónico. Con la atracción de la luna, ambos se apasionan buscándose con un fogoso juego erótico de voluptuoso frenesí. Y finalmente, en un mágico arrebato de excitación, el sol eyacula su ardiente luz plateada sobre los festones de espuma de las olas rompientes de la mar.

Pero al llegar el crepúsculo, el sol comienza a bajar sus rayos, emitiendo unos dorados espejos que enrojecen los colores del cielo. Y cuando el ocaso empieza a ser noche, como una gigantesca bola de fuego inicia su agónico descenso, para desaparecer en el horizonte infinito de la mar. Y con la muerte del sol, el cielo estrellado se disuelve en un baño de luna, que ilumina durante la noche la inmensa pena de la mar, disuelta en su vasta salinidad.

Pero en ese perpetuo y misterioso abismo de luz y oscuridad, el sol renacerá milagrosamente en el horizonte azulado del alba, con una aureola de miles de reflejos. Y durante el nuevo día, volverá a amar a esa mar apasionada en una trama de tiempo eterna e inmortal.


 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Relatos breves. Junto al mar.

Publicado en el libro Como el mar.

Creatividad Literaria. España. Septiembre 2020.

 

martes, 15 de septiembre de 2020

Ojos tristes

Esfumándose su huella en la vida,
mi perro, vencido y silencioso
ingresó en su noche de agonía.

Estaba en una alfombra postrado
y cuando vi su triste mirada,
mi corazón de angustia sufría.

Y en aquella noche no hubo estrellas
que lo traigan de nuevo a mi lado,
para darme amor y compañía.


 

 
 
 
 

 
 
 
 
 
Finalista VI Certamen de Micropoemas. Luces de agosto.
Publicado en el libro: Con otro paso.
El Muro del Escritor . España. Septiembre 2020.


Libro salvador

Estaba esperando el arribo del equipo de rescate, mientras caía la noche en un refugio de la montaña. Como el frío se fue haciendo cada vez más intenso buscó unas leñas para hacer un fuego, pero como estaban húmedas no podía encenderlas. Entonces recordó que en su mochila guardaba un libro sobre salvataje de alpinistas que era fácilmente combustible. Cuando despertó en el hospital, le dijeron que ese libro le había salvado la vida.

 

 
 
 
 

 
 
 
 
 
Finalista VI Certamen de Microrrelatos. Luces de agosto.
Publicado en el libro: Con otro paso.
El Muro del Escritor . España. Septiembre 2020.




Su primera cita

La historia de su vida ya esta escrita
pero quiere escribirla a su manera,
y esperaba a un recuerdo que volviera
que ya envuelto en su vejez resucita.

Fue en su juventud su primera cita
en el parque en un banco de madera,
y su alma rememora aquella espera,
oyendo el sonar de la calesita.

El reverdecer de la primavera
le dio su escenario a la bienvenida,
para que su belleza allí estuviera.

Y el poeta con su alma conmovida
recuerda cuando fue su vez primera,
que con nostalgia su alma nunca olvida.




 
 
 
 

 
 
 
 
 
Finalista VI Certamen de Sonetos. Charles Baudelaire.
Publicado en el libro : Haikus y Sonetos L.
Letras como Espada. España. Septiembre 2020.

El cesped

Roció en la noche
y sobre el verde césped
lágrimas quedan.

Césped con brillo
por sus hojas pasaron
unas babosas.

En césped bailan
vestidas de amarillo
hojas resecas.






 
 
 
 

 
 
 
 
 
Finalista VI Certamen de Haikus. Netsume Soseki.
Publicado en el libro: Haikus y Sonetos L 
Letras como Espada. España. Septiembre 2020.

Nada pudo escribir

Caminaba por el parque
provisto de su paraguas,
cuando unos tristes recuerdos
inspiraron al poeta.

Mas nada pudo escribir
porque se mojó el papel,
con varias gotas de lluvia
y alguna lágrima inquieta.





 
 
 
 

 
 
 
 
 
Finalista VI Concurso de Poesía. Reloj de sol.
Publicado en el libro: El color de la nostalgia.
Letras como Espada. España. Septiembre 2020.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Una cena apasionada

Aquella tarde había recibido del supermercado dos canastillas con una serie de artículos y productos de verdulería que había ganado en el sorteo mensual. Después de guardar el pollo, la botella de champagne y un sabroso postre de chocolate en la heladera, aunque nunca había invitado a nadie a cenar a mi departamento, pensé que justamente era el momento ideal para hacerlo.
Si bien tenía un taller de literatura, siempre fui un escritor sin muchas luces y en mi vida solitaria y taciturna, solía consumir hamburguesas, ensaladas o tartas elaboradas, que comía frente al televisor antes de acostarme. Pero aquella tarde, después de recibir por sorpresa esos alimentos, sumado a la grata noticia que había recibido por la mañana, todo era diferente. Entonces,  decidí invitar a cenar a la mejor alumna de mi taller.
Revisé las recetas especiales que tenía anotadas y elegí para cocinar una de pollo al horno aderezado con especias, acompañado con papas y verduras, que alguna vez había cocinado y que me había quedado muy bien. No quería sorpresas de última hora y por ello me puse a prepararlo pacientemente y con mucho esmero. Finalmente cuando al caer la tarde todo el conjunto estuvo listo para hornear, me fui a bañar, pensando luego ponerlo a cocinar a la noche con el tiempo adecuado.
Cuando ella vino por primera vez a mi taller literario me produjo una impresión muy desagradable, porque era fea, regordeta y tímida, con una mirada huidiza y un tono de voz excesivamente bajo. Sin embargo, desde que comenzó el curso, ella fue adquiriendo gradualmente una capacidad literaria admirable y sus cuentos crecieron en audacia y se fueron haciendo verdaderamente excepcionales.
Con el pasar del tiempo fuimos intimando y nos quedábamos después de las clases charlando entretenidos durante horas. De ese modo, aquella impresión inicial se fue convirtiendo en una gran admiración. Por fin, en mi vida solitaria yo había encontrado a alguien, con quien mantener un diálogo literario rico e interesante. De todas formas, ya desde un principio nada en ella me atraía en lo físico, salvo ese don literario que poseía en su interior, que era lo que realmente me apasionaba.
Sin embargo, ella no le daba importancia a sus escritos, ni tenía intención de publicarlos para hacerlos conocer al mundo. Por más que yo le insistía que los presentara en concursos literarios, ella se negaba sistemáticamente. No deseaba figurar en ninguna parte, porque para ella la escritura solo constituía un medio de desahogo de su vida interior. De esa manera, y como estaban dadas las cosas, su arte hubiera quedado en el anonimato para siempre.
Fue así que un día tuve una corazonada y le propuse inocentemente que me permitiera presentarme con sus cuentos en los concursos, como forma de constatar lo que opinaban los jurados sobre su calidad literaria. Como ella aceptó algo temerosa, entonces, con la intención de ir mejorando nuestra relación afectiva, en cada beso de despedida me acercaba un poco más efusivamente a su boca.
La realidad me dio la razón sobre la excelencia de sus cuentos, de modo que comencé a ganar varios certámenes literarios y cuando le transmitía la buena noticia, ella se ponía muy alegre. Pero no le daba ninguna trascendencia, ni le importaba para nada que fuera yo a los actos de premiación y que también recibiera el monto de los premios. Ella decía que ese dinero no lo necesitaba y hacía que me quedara con todos los diplomas y medallas, como recuerdo de nuestra amistad.
Hasta que finalmente, después de obtener un premio muy importante, una afamada editorial me llamó para publicar un libro de cuentos, con una selección de todas esas obras premiadas. Me habían citado justamente para el día siguiente, con la intención de firmar un contrato que era realmente muy interesante y por ello, luego haber recibido por la tarde el premio del sorteo del supermercado, la había llamado para darle la noticia, e invitarla por la noche a cenar a mi departamento a fin de celebrar ese grato acontecimiento, y que ella había aceptado muy gustosa.
Para mi sorpresa, esa noche ella llegó a la cita con un vestido muy escotado y ceñido al cuerpo, con la espalda descubierta y un pronunciado tajo en su falda. Entonces, me di cuenta a través de sus gestos, sus palabras, la entonación de su voz y la fragancia que emanaba del perfume en su pelo, que era ella quien se proponía seducirme.
Con la mesa ya preparada, cenamos el pollo al horno con papas que me había quedado exquisito, y luego, mientras tomamos la botella de champaña, endulzamos nuestros paladares con el postre de chocolate. Y así, paulatinamente fue naciendo la pasión con besos y caricias, hasta que sucedió aquello que inevitablemente tenía que suceder.
Ya en la madrugada, desnudos sobre las sábanas revueltas de la cama y mucho más calmados, ella me comentó de su desasosiego y la inestabilidad emocional que tenía antes de conocerme en el taller literario. Me contó que a partir de sus primeras conversaciones se había enamorado perdidamente de mi, en forma tan fogosa y sorprendente, que le cambió el sentido a su vida. Eso era lo que la hacía descargar toda esa pasión en su obra literaria.
Me confesó que esa noche estuvo plena de sensaciones femeninas al sentirse atractiva por primera vez en su vida y poder así disfrutar de su capacidad de seducción. Entonces, la besé con ardor y le juré amor eterno, sin dejar de pensar en el monto del suculento contrato que firmaría dentro de unas pocas horas.
A partir de ese momento comenzó todo este último período exitoso en mi vida de escritor que he estado compartiendo en pareja con ella. Obviamente, yo nunca le confesé que realmente ella no me atraía y el suplicio que me resultaba fingir estar enamorado y satisfacer sexualmente su permanente y constante excitación interior, que provocaba en ella nuevas y prodigiosas creaciones literarias.
 


 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
Convocatorias de Relatos Taller Virtual VII.
Publicado en el libro Aroma, sabores y colores. 
Crusellas, Santa Fe. Argentina. Septiembre 2020.