Muy
compungido arrojó la carta al mar bajo la tenue luz del sol que caía
en el ocaso y luego de un breve tiempo, el oleaje se la devolvió
sobre la arena de la playa. Mientras las aguas besaban dulcemente sus
pies descalzos, observó como iban disolviendo lentamente los trazos
de tinta sobre la blanca hoja de papel. Es que el mar luego de haber
leído esa carta con la confesión de un amor secreto guardado en su
alma y que no se atrevió a mandar, trataba de consolarlo eliminando
las evidencias.
Mención del Jurado IV Concurso de Micronarrativa.
Tema: Amando se entiende la gente.
Incluido en el libro: Apuntes urbanos.
Concursos Literarios en Español. España. Marzo 2019.
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