Quería contestarle con fiereza para reprocharle su infidelidad, pero no pude articular palabras y ahora de nada vale recriminarle su actitud, porque ella ya no está. Quiero olvidar aquella dolorosa confesión, mis manos aferrando su cuello, sus gritos, su cuerpo caído en el piso, su pálido rostro ya sin vida y aquel hilo de sangre en sus labios. Quiero olvidar… ¡Pero no puedo olvidar! y ahora después de tantos años en la cárcel, los recuerdos me torturan.
Finalista X Concurso de Minicuentos. Recuerda.
Mundo Escritura. España. Diciembre 2024.
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