Vivía en una casona que heredó de su tío y algunos decían que lo había matado un fantasma que asustaba a sus moradores.
― No creo que el fantasma aparezca esta noche ―, le dijo sonriendo a su mujer al sentir que golpeaban la puerta de calle, mientras veía televisión en el living.
Cuando su mujer abrió la puerta, escuchó su largo y desconsolado alarido, acompañado de un viento helado, y al aparecer la imagen espectral del fantasma en la pantalla de la televisión, murió infartado por el susto.
Finalista X Concurso de Microrrelatos. Queridos fantasmas.
El Muro del Escritor. España. Diciembre 2024.
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