Perro
vagabundo de triste destino,
que exhibes la flacura de tu existir,
como si fueras un Quijote canino
buscas en la estación poder subsistir.
El alimento en tu escasa porción diaria
son los deshechos tirados desde el tren,
y saltas ansioso, gozoso o con rabia,
desde un lado al otro del humilde andén.
Y al final de tu vida llegará el día,
que tus huesos descansen junto a la vía.
que exhibes la flacura de tu existir,
como si fueras un Quijote canino
buscas en la estación poder subsistir.
El alimento en tu escasa porción diaria
son los deshechos tirados desde el tren,
y saltas ansioso, gozoso o con rabia,
desde un lado al otro del humilde andén.
Y al final de tu vida llegará el día,
que tus huesos descansen junto a la vía.
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