Sentado en un banco del parque, observaba la caída del
sol en una tarde de agosto, cuando vio a una mujer que pasaba frente a él. De
pronto, al ser iluminada por las misteriosas luces del ocaso, se transformó en
la figura sonriente de su amada, quien se le acercó y le dio un beso como
cuando aún estaba viva. Fue allí que sintió un golpe tremendo, y al abrir los
ojos, vio a la mujer inclinada sobre su cuerpo caído en el suelo, tratando de ayudarlo a reponerse de su repentino
desvanecimiento.
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