Mientras toma un café en un bar en esa tarde lluviosa
de verano, el poeta busca resucitar un sueño que tuvo la noche anterior. Observa
tras el cristal de la vidriera la figura borrosa de cada muchacha que pasa
caminando bajo la lluvia, con la esperanza de que ella aparezca al abrirse la
puerta, como había sucedido en su sueño. Pero al dejar de llover comprende que
ella no vendrá, entonces transcribe en un poema las vivencias de ese sueño
fallido, paga la cuenta y muy triste se marcha del bar.
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