Un descuido puede signar la suerte
y destruir selvas nativas en masa,
el ímpetu del fuego todo arrasa,
con cenizas como estampas de muerte.
El incendio al paisaje lo revierte,
porque con sus llamaradas abrasa
a una vegetación que se hace brasa,
y al bosque en un páramo lo convierte.
Los animales que huyen hacia el río,
se dirigen con su piel chamuscada
camino hacia su destino final.
Con ese quemado dañino e impío,
el ambiente natural se degrada
y ayuda al calentamiento global.
Finalista IX Certamen de Sonetos. Gonsilaso de la Vega.
Letras como Espada. España. Marzo 2025.
No hay comentarios:
Publicar un comentario