El mar en el puerto luce admirable,
pero tengo el corazón impaciente
porque ella vuelve repentinamente,
y la espera se torna interminable.
Por fin el horizonte impenetrable
muestra un brillo lejano y refulgente,
y aparece aquel crucero imponente
en el que se fue en forma inexplicable.
Con ella a su bordo después de su huida,
el barco que regresa alegremente
me brinda burbujas de bienvenida.
Y cuando atraque quiero que me cuente,
cual fue el motivo de aquella partida
que tanta amargura dejó en mi mente.
Finalista XI Concurso de Sonetos. Postales de amor.
Mundo Escritura. España. Marzo 2025.
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