viernes, 19 de enero de 2024

Apocalipsis

La accidental y rápida explosión en cadena del arsenal de bombas nucleares, produjo la formación de un hongo atómico descomunal que cubrió todo el planeta. Además de la destrucción directa y la diseminación de radioactividad, se produjo una gran cantidad de cenizas. Las nubes radioactivas se agruparon con las cenizas y ocultaron la luz del sol, provocando enormes tormentas con tornados y huracanes. Y en esa noche permanente y hostil del planeta, desbordaron los ríos, inundando las ciudades. A su vez, los mares arrasaron las playas con sus tsunamis.

Luego de un tiempo, sobre las masas de los cuerpos humanos putrefactos, diseminados en las ciudades, pulularon los insectos y se arrastraron los ofidios derramando ponzoña. Finalmente, todo el planeta se pobló de muerte. Con el avance del tiempo se esfumó la atmósfera y se secaron los ríos y los mares.

Después de ver muy apesadumbrado esa película en el cine de esa inmensa planta nuclear donde trabajaba, el científico se dirigió caminando hacia el depósito del arsenal atómico y al llegar tuvo un trágico presentimiento. Sin percatarse había conectado el sistema, y una luz roja de alarma le indicaba que ya el proceso se había iniciado. El desenlace era inevitable.












Finalista VIII Concurso de Cuentos breves. Literatura fantástica.

Incluido en el libro: In memoriam.

Creatividad Literaria. España. Enero 2014.

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