miércoles, 14 de noviembre de 2018

Alma perversa

Él está muy apesadumbrado en esta noche. Aún no me he atrevido a hablarle porque soy muy sentimental y seguramente terminaría llorando abrazada a su pecho. Él jamás podría imaginar que fui yo, la mejor amiga de su mujer, quien la mató. Ella era un alma perversa que lo engañaba y estaba terminando con su vida y su dinero. Esperaré hasta que la mayoría de los parientes se hayan retirado del velatorio, para acercarme hacia él, tomarle la mano, mirarle a los ojos y consolarlo con un beso.











Finalista IV Certamen de Microrrelatos.
Incluido en el libro: Cielo abierto.
Letras como Espada. Noviembre 2018.

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