Era una vieja computadora que se colgaba permanentemente y cuando los usuarios de
la oficina ya no confiaron en ella, la
reemplazaron por una más moderna. Luego de cumplir su parte, tuvo que
pasar años guardada en un armario, en la que su memoria virtual la envolvió de
nostalgias, recordando los datos almacenados en su vida. Pero alguien se apiadó
de ella y aquí esta ahora, expuesta en un museo de objetos antiguos, que la han
hecho eterna e inmortal.
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