Un día llegó al parque el alma en pena
olvidada de un heroico soldado que había dado su vida en una lucha
épica por la libertad de su patria. Al ver un pedestal vacío y
solitario, se posó para descansar sobre él. Fue en ese preciso
instante que sintió que su figura se iba corporizando en una
escultura pétrea. A partir de ese momento, el destino lo había
condecorado, y por siempre sería reconocido como un héroe por sus
compatriotas.
Finalista V Certamen de Microrrelatos. Noviembre.
Publicado en el libro: Tiempo irrepetible.
Letras
como Espada. España. Diciembre 2019.
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