En
el silencio de la noche, la oscuridad se cierne sobre el niño que se
decide a internarse por el solitario y estrecho camino de barro que
lo conduce hacia la espesura del bosque. Camina con los ojos muy
abiertos y con los labios temblorosos, agudizando sus sentidos para
tratar de escuchar los rumores nocturnos y mientras escudriña las
tinieblas buscando la amenaza en cada sombra o en cada destello,
tiembla al oír el chasquido sordo de sus propios pasos en el fango.
La
luz fantasmagórica de la luna aparece en el cielo nocturno del
bosque y al producir sus sombras, el niño piensa que quizás alguna
de ellas cobije en la noche a ese ser espectral que lo asecha en su
imaginación y que sus sentidos se empeñan en descubrir. Una luz
mortecina que atraviesa la espesura, inunda al camino y hacen
palpitar de temor a su corazón, pero continúa avanzando con la
respiración anhelante.
De
pronto, una masa viscosa de niebla compacta que se propaga desde la
espesura del bosque rodea al niño, mientras un viento helado lo
estremece de frío. Entonces, al detenerse y mirar en su derredor, el
niño queda paralizado de miedo al descubrir la figura tétrica de
una bruja que aparece entre las ramas de unos árboles frondosos. Es
en ese momento, cuando su grito agudo de terror en la noche retumba
en el dormitorio y despierta a su madre.
Finalista IV Concurso de Cuento breve. Embrujados.
Publicado en el libro: Momentos perfectos.
Tu Concurso Literario. España. Diciembre 2019.
Tu Concurso Literario. España. Diciembre 2019.
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