Estoy sentado en el balcón de mi pequeño departamento alquilado, contemplando a lo lejos la línea azul del horizonte del mar, envuelto en el recuerdo y la soledad. Hace unos años yo era un poeta que vivía con ella junto al mar detrás de esa línea azul, donde llevaba una vida disipada y ostentosa. Allí le escribía poesías amorosas en su gran mansión con playa privada, hermosos jardines, yates y coches de lujo, producto de los negocios espurios de su padre.
Pero luego me separé y si bien ahora vivo en soledad con un ingreso humilde que apenas me permiten subsistir con las pocas cosas que escribo, por momentos puedo ser feliz. Me deleito observando la salida del sol en el horizonte, paseo por la costanera sintiendo en el rostro las caricias de la brisa del mar, leo un libro o escucho buena música. En este existir romántico y austero, puedo en las noches pasear por la peatonal o disfrutar de algún espectáculo artístico al aire libre, y para nada deseo volver a tener aquella vida disipada y ostentosa.
Sin embargo, cuando en la soledad de este balcón me sumerjo en el recuerdo, me embarga la angustia. Porque ya ven ... ahora deseo que aparezca ella desde aquella lejana línea azul del horizonte, para que me acompañe con su amor. Pero sé que no puede ser, porque ella sigue disfrutando de una vida disipada y ostentosa con otro poeta, en aquella gran mansión frente al mar, con playa privada, hermosos jardines, yates y coches de lujo.
Finalista VIII Concurso de Relatos breves. Amor, amor.
Incluido en el libro: En su amor.
Creatividad Literaria. España. Octubre 2023.
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