martes, 16 de junio de 2020

Un santo humilde

Al volver su hijo de la escuela, le contó que su nuevo maestro los llevó al terreno del fondo y con un azadón les enseño a construir un huerto casero. Entonces la madre pensó inmediatamente en San Isidro Labrador, un humilde agricultor que vestido de campesino y con un azadón en la mano, trabajaba la tierra propugnando amor al prójimo.
—¿Cómo es el maestro? —, le preguntó al chico.
— Es un hombre enérgico y bien vestido, que nos indicó las tareas a realizar, dando órdenes con un azadón amenazador en la mano.

 












Finalista VI Certamen de Microrrelatos. San Isidro Labrador.
Publicado en el libro Huellas.
Letras Como Espada. España. Junio 2020.

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