lunes, 21 de diciembre de 2020

El misterio del pintor desaparecido

Un pintor desapareció misteriosamente frente al mar y el último rastro de su vida fue el hallazgo de un cuadro que hizo en la playa, donde mostraba el sol cayendo en el ocaso, envuelto en nubes doradas. La policía dijo que se suicidó en el mar, pero lo que nadie sabe, es que en las penumbras de ese día, cuando quiso regresar al hotel, no pudo salir del cuadro, porque su alma había quedado atrapada en él para siempre.



 

 

 


 

 

Seleccionado V Concurso de Microrrelatos. Microfantasías.

Publicado en el libro: Microfantasías V.

Diversidad Literaria. España. Diciembre 2020.

jueves, 17 de diciembre de 2020

Insistencia

Ella me echa de menos y quiere que vaya a buscarla allí donde se encuentra para volver a estar juntos, porque desde que nos separamos está muy sola y tiene muchas cosas para contarme. Cuando le conté al psiquiatra que todas las noches ella me visita insistiendo con ese pedido, me aconsejó que me niegue, porque eso no tiene sentido y nada bueno puede salir de ese reencuentro. Pero yo también estoy muy solo y la echo de menos, y por eso he comprado un revólver para reunirme con ella.






Mención del Jurado V Concurso de Micronarrativas. Te eché de menos.

Publicado en el libro: Rayo del alba.

Creatividad Literaria. España. Diciembre 2020.

Embrujados por la luna

En un banco están sentados

en una plaza serena,

tímidos enamorados

en noche de luna llena.



Por ella son embrujados

infundiéndoles valor,

y entonces muy excitados

se les desata el fervor.



Besándose embelesados

se abrazan con mucho ardor,

y por la luna incitados

tienen deseos de amor.

 


 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de poesías. Embrujados.

Publicado en el libro: Horas mágicas. 

Creatividad Literaria. España. Diciembre 2020.

Extraño personaje

En una antigua librería de la ciudad, las malas lenguas decían que allí se daban cita las almas en pena de famosos escritores. La atendía un joven vendedor con mucha deferencia a los clientes que se dirigían a las mesas rebosantes de libros viejos o usados. Sin embargo no tenía paciencia con aquellos que se la pasaban leyendo los libros de ojito y menos con los extraños personajes que normalmente se dirigían al sótano y permanecían mucho tiempo revisando o consultando los ejemplares antiguos y agotados.

Un mediodía estaba cerrando la librería durante una hora para almorzar, cuando notó en el sótano la sombra de alguien que había entrado subrepticiamente y permanecía leyendo un libro sin haberse percatado de nada. Entonces, enervado por esa circunstancia, lo encerró con llave en ese recinto sin ventilación y con olor penetrante de humedad. Luego extendiendo sobre el mostrador un repasador, empezó a comer con parsimonia un sándwich, hasta que transcurrido un buen rato, sonrió al escuchar unos golpes desesperados en la puerta.

Al abrirla, apareció la imagen de un hombre de larga cabellera, bigotes, barba recortada y vestido como un noble español del siglo dieciséis.

¿Quién es Ud.? ―, le preguntó completamente sorprendido .

Mi nombre es Miguel de Cervantes Saavedra, caballero. Estaba ojeando una vieja edición del Quijote y Ud. me ha dejado encerrado en el sótano.

 


 

 

 


 

 

Finalista V Concurso de Cuentos breves. Embrujados.

Publicado en el libro: Horas mágicas.

Creatividad Literaria. España. Diciembre 2020.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Besos

Obnubilado,

quiere besar sus labios

con la mirada.


Sus labios buscan,

pero siente sus besos

fríos y esquivos.


Tiene nostalgia,

y con un arrebato

besa la foto.

 


 

 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Haikus. Recuerda.

Publicado en el libro: Calejón sin salida.

Mundo Escritura. España. Diciembre 2020.

Recordándolo

Un día estuve resentida,

y quise buscar olvidarlo

en otro cuerpo y otra piel. 

Pero no logré confundida,

poder dejar de recordarlo

con el mismo cariño aquel.

Y ahora estoy arrepentida,

por querer de mi alma apartarlo

tratando de no serle fiel.

 


 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Minipoemas. Recuerda.

Publicado en el libro: Calejón sin salida.

Mundo Escritura. España. Diciembre 2020.

 

Lágrimas de emoción

A través del argumento de la novela que está escribiendo, el poeta ha decidido incluir en la trama algunas aventuras de su vida, recordando anécdotas que retornan desde un lejano olvido, las que va reviviendo en sus personajes. Y al volcar en ellos reacciones sentimentales de su vida, con sus alegrías y tristezas, mientras con su pluma va escribiendo la novela, invadido por la melancolía, sobre el papel van cayendo lágrimas de emoción.



 

 

 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Minicuentos. Recuerda.

Publicado en el libro: Callejón sin salida.

Mundo Escritura. España. Diciembre 2020.

 

lunes, 14 de diciembre de 2020

Espantoso escalofrío

Cuando logré entrar en esa vieja habitación cerrada durante tanto tiempo en los recuerdos de mi primer amor de juventud, vi esparcidos por el suelo unas postales y fotos de aquellos años estudiantiles. En las paredes colgaban lienzos que yo había pintado y le había regalado a ella. Pero de pronto, un espantoso escalofrío recorrió todo mi cuerpo, cuando descubrí su esqueleto dormitando sobre el sofá. Fue allí cuando me desperté sobresaltado, completamente destapado y tiritando de frío.

 

 


 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Microrrelatos. Queridos fantasmas.

Publicado en el libro: En las estrellas.

El Muro del Escritor España. Diciembre 2020.

Déjame entrar

Que volando por el aire

quiero ingresar en tu boca,

y aunque busques protegerla

con un barbijo de tela

yo trataré de filtrarme.


Que necesito un aliento

donde poder afianzarme,

porque deseo esta noche

introducirme en tu cuerpo

y cobijarme en tu sangre.


Y para que tu piel luzca

una fiebre relevante,

contrarrestaré emboscadas

de los pocos anticuerpos

que pudieran atacarme.

 


 

 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Poesías. Noviembre.

Publicado en el libro: Tréboles.

Letras como Espada. España. Diciembre 2020.

 

El alma del pescador

El alma de un fanático pescador llamó a la puerta del cielo

Disculpe San Pedro, acabo de morir y quisiera pasar para conocer a los grandes pescadores del mundo.

Primero debes purgar los pecados que has tenido en tu vida, le contestó San Pedro.

El alma pescador se fue al purgatorio y después del purgar los pecados, subió al cielo para llamar nuevamente a la puerta.

Ahora si puedes pasar, y alégrate, porque ya conoces a un gran pescador , le dijo San Pedro sonriéndole amablemente.



 

 

 


 

 

Finalista VI Concurso de Microrrelatos. Noviembre.

Publicado en el libro: Tréboles.

Letras como Espada. España. Diciembre 2020.

sábado, 12 de diciembre de 2020

Abandoné al Quijote

Abandoné al Quijote de mis venas

cuando amor y bondad eran mi meta,

él compartía mis dichas y penas

y todos mis ensueños de poeta.


Y partí con los Sanchos hacia un mundo

donde a nadie le importaba el honor,

todo era dinero nauseabundo

y la amistad perdía su valor.


Así, mi vida fue por nuevas sendas

donde era válido el bien como el mal,

estafé, hice trampa, acepté prebenda

y ya corrompido todo era igual.


No me importó que me llamen amigo

y luego me hicieran una traición,

con igual moneda usada conmigo

les pagaba sin mostrar emoción.


Abandoné al Quijote y hoy lo extraño

pues ya los Sanchos no atraen mi fe,

estoy desolado y me siento huraño

porque el decoro de mi alma se fue.


Deseo que en un tiempo no lejano

el Hidalgo en mí pueda retornar,

para que tome de nuevo mi mano

y me devuelva aquel antiguo andar.

 

Con esperanza yo aguardo ese día

y por ello, a veces con mucha unción,

ruego con fervor y melancolía

que vuelva el Quijote a mi corazón.

 



Seleccionado I Concurso de Internacional de Poesía.

Dr Julio Argentino Aguirre Celiz.

Publicado en: Antología poética y prosa.

Biblioteca Municipal Domingo Faustino Sarmiento.

Quines. San Luis. Argentina. Diciembre 2020.

lunes, 7 de diciembre de 2020

El cara sucia de Fiorito

Por fortuna, todavía aparece en el fútbol moderno, aunque sea de vez en cuando, algún descarado cara sucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival y se lanza a la aventura del gol. Y es en un potrero de Villa Fiorito en Buenos Aires, donde un pedacito de tierra sirvió para que detrás del polvo que siempre levantan los chicos transportando una pelota, apareciera la magia sustentada en un par de zapatillas.

Y así como de la nada, fue como en una cancha mundialista bajo el cielo azteca un cara sucia de ese potrero, tomó la pelota en el círculo central y comenzó una danza diabólica, donde fue dejando uno por uno a los defensores ingleses, mediante un vínculo invisible que unía la pelota con sus pies. Una jugada que dejó con la boca abierta a los espectadores del mundo, que no podían creer lo que estaban viendo, hasta que como en un ensueño, el arquero quedó en el piso y la pelota cruzó la raya de gol.

Una jugada magistral que hizo que un relator de fútbol diera gracias a Dios por esa obra de arte y se preguntara de que planeta había salido ese barrilete cósmico, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta.

Es que en aquella tarde memorable, Diego Armando Maradona, que era ese barrilete cósmico, no había salido de ningún planeta, sino de un pedacito de potrero de Fiorito a miles de kilómetros de distancia, y esa obra maestra del fútbol había sido firmada por un cara sucia amante de la pelota y la pelota de él.

 vhttps://www.youtube.com/watch?v=O8G9ytZg-bM

 


 

 

 


Convocatorias de Relatos Taller Virtual
X.

Publicado en el libro: Diego eterno.

Blog Beatriz Chiabrera de Marchisone

Crusellas, Santa Fe. Argentina. Septiembre 2020.

domingo, 6 de diciembre de 2020

La bicicleta deseada

Cuando veo la foto del árbol de Navidad con la chimenea encendida que es típica de las celebraciones de los países europeos, mis pensamientos se remontan a mi infancia en Buenos Aires, donde esas fiestas son en verano y por esas chimeneas que estaban apagadas mis padres me decían que entraba Papá Noel con sus regalos.

Recuerdo que cuando yo tenía cinco años, en la Nochebuena no quise dormir para esperar a Papá Noel, porque quería pedirle que me regale una bicicleta en lugar de un rompecabezas. Esa noche mis padres con todos los parientes y amigos estaban reunidos en el living, donde al lado de la chimenea apagada habían instalado un gran árbol de Navidad hermosamente decorado.

Luego que todos celebraran y brindaran por la Navidad, entre cohetes, petardos y cañitas voladoras, mi madre me pidió que me vaya a dormir a mi habitación. Allí me escondí detrás de la cortina de la ventana y aguanté el sueño algunas horas, hasta que se fueron los últimos invitados y por fin se hizo el silencio en la casa.

Para aquella Navidad le había escrito a Papá Noel en una carta que me ayudó a redactar mi madre, que quería un gran rompecabezas para armar que había visto en una juguetería. Pero en la mañana del veinticuatro cuando la acompañaba en las compras en el Centro Comercial, me paré de golpe al llegar a un stand de ventas de bicicletas, impactado por una maravillosa bicicleta para niños que allí se exponía. Los manubrios y los rayos de las ruedas eran cromados y tanto el cuadro como los guardabarros estaban pintados de un delicado color blanco. Llevaba protección en la cadena y una bocina para llamar la atención a la gente.

Me había quedado parado durante un tiempo observándola muy ansioso, mientras mi madre me miraba muy impaciente. Cuando quise contarle que había cambiado mis deseos del rompecabezas por aquella bicicleta, ella algo enojada, me dijo que estaba muy apurada y no quiso escucharme. Prácticamente tuvo que arrastrarme para que la siguiera. Entonces, pensé que no le diría nada porque ya era tarde para mandarle una nueva carta a Papá Noel y decidí esperarlo para pedírsela directamente cuando entrara en el living en esa misma Nochebuena.

Lo cierto es que en esa noche no conseguía mantenerme despierto. Entre sueños pensaba que Papá Noel ya habría puesto el rompecabezas en su bolsa y tenía pocas esperanzas que tuviera también allí una bicicleta que pudiera darme. De repente, escuché un ruido, me levanté y mire por la ventana, y allí estaba: … ¡Era Papá Noel! Y entonces, pude ver al simpático gordito barbudo de traje rojo, barba blanca y mejillas rojas, transportado por renos alados con su bolsa de juguetes.

Cuando observé que entraba por la chimenea, me levanté rápidamente y fui corriendo hacia el living, donde lo encontré sonriendo con su bolsa en la mano. Le expliqué que me había arrepentido de la carta que le había enviado y que en lugar del rompecabezas quería la bicicleta que había visto en el Centro Comercial. Papá Noel me escuchó en silencio y pensativo, cuando repentinamente miró sorprendido y muy serio algo que había detrás mio. Al volverme, observé que el árbol de Navidad tomaba la forma de un monstruo con ojos brillantes que se me acercaba lentamente. Completamente asustado, volví corriendo hacia mi habitación.

Me desperté en las penumbras del amanecer con grandes expectativas y a pesar del miedo que todavía tenía, traté de ir lo más silenciosamente posible al salón, para no despertar a mis padres. Miré las tarjetas colgadas en los paquetes y allí, desilusionado, perdí todas mis esperanzas cuando encontré el rompecabezas que le había pedido en mi carta. Entonces, me puse muy triste y me vinieron muchas ganas de llorar.

Pero al girar la cabeza, escondida al costado del árbol de Navidad, pude ver aquella maravillosa bicicleta deseada, con una tarjeta que después mi madre me leyó: “Te has portado muy bien y además del rompecabezas quise premiarte con una bicicleta, firmado Papá Noel”.Y entonces, una alegría inmensa me embargó y mucho más, cuando al darme vuelta, descubrí a mi madre que estaba parada detrás mío muy sonriente y a la que muy emocionado corrí a abrazar.

Hoy después de tanto tiempo, cuando llegan las Navidades y veo esas fotos, estos recuerdos llenan de nostalgias mi alma, porque aquella inocencia de mi niñez, junto con mi madre, ya se han ido, como se van las noches con sus sueños.

 



sábado, 28 de noviembre de 2020

El pendrive

El abuelo fue a un negocio de computación a comprar un pendrive para su nieto. Sacó el papel de su bolsillo, confirmó lo que leía y preguntó a la vendedora si lo tenían. Cuando ella le contestó afirmativamente, le explico que era para su nieto, pero que él no sabía para que era.

Bueno, un pendrive es un aparatito en el que se guarda todo lo que hay en la PC..., le dijo la vendedora.

Ah, es como un disquete...

No. En el pendrive usted puede guardar textos, imágenes y películas. El disquete ya no existe, solo guardaba textos. Las PC de hoy no tienen entrada para disquete y casi ninguna incluso para CD. Todas vienen para pendrive.

¿De cuántos gigas lo necesita?

¿Cuántos qué?

¿De cuántos gigas quiere el pendrive, o sea la capacidad de información que quiere guardar en él...

Ah, OK.... ¿Y cuántos tamaños tienen?

Puede tener 2, 4, 8 o 16 gigas..

No sé, mi nieto no me dijo cuántos gigas necesita...

En ese caso, le aconsejo llevar el mayor.

¿Su entrada es USB?

¿Cómo?

Es que para acoplar el pendrive en el PC debe haber una entrada compatible...

―¿Pero USB no es la potencia del aire acondicionado?

No,... eso es BTU.

¡Ah! Parece que confundí las iniciales..

―USB tiene unos dientes que se encajan en los orificios del PC. El otro tipo de USB era el P2, más tradicional, y aquí usted solo tiene que meter el pico en un agujero redondito...

―¿Su PC es nueva o antigua?―, le preguntó la vendedora, aclarándole que en las nuevas era USB, pero si era algo más vieja P2.

Me parece que la computadora tiene dos años.... Bueno, no sé que hacer. Mejor le voy a preguntar a mi nieto y vuelvo otro día ―, le dijo finalmente el abuelo bastante desconcertado, mientras sentía en el fondo de su corazón que el mundo moderno le había pasado por encima. 




 
Diploma VI Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo.

La siguiente la pago yo. España. Noviembre 2019.