Sentado en la mesa la vi pasar muy hermosa por la ventana del bar en el día de los enamorados y la saludé con una sonrisa. En ese instante la hubiera querido abrazar, comérmela a besos y gritarle: "Te quiero". Pero allí me quedé mudo, sosteniendo con las manos el pocillo de café y viendo como se alejaba, con la misma cobarde timidez por la que nunca me atreví a confesarle lo que siento por ella.
X Concurso de Microrrelatos. De tu Valentín.
Incluido en el libro: Desde el silencio.
El Muro del Escritor. España. Marzo 2024.
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