martes, 21 de abril de 2020

Los dos delfines

Él y yo navegábamos proa al norte con la vela mayor. A nuestro alrededor, solo había agua, nubes y un delfín que dibujaba su lomo cuando se acercaba a curiosear. Nos venía siguiendo, asomando la nariz por popa y zambulléndose hacia babor. El delfín iba y venía, dibujando figuras incesantes a nuestro alrededor.
Él se inclinaba y le hablaba. Se entendía bien con el delfín. Se inclinaba sobre la baranda hasta que su cabeza quedaba a corta distancia. Pero no le estaba hablando de mí y me alarmó escuchar el nombre de otra mujer. Debo confesar que yo sabía antes de zarpar que mis días estaban contados. Que para él yo era una aventura fugaz y nada más.
Y él ahora le estaba contando al delfín que cuando llegáramos al muelle lo esperaba un encuentro amoroso con una joven mujer. El delfín se iba alejando despacio y él se inclinaba cada vez más. Colgado de la baranda quería asirlo, pero el delfín se le escapaba, jugando con él, pero sin dejarse atrapar.
Y fue en ese momento que decidí que él era mio y que esa de quien hablaba nunca lo podría tener. Lo empujé y el delfín se alejó espantado cuando él cayó bruscamente en el mar. Pasados unos minutos, la espuma del chapuzón se apagó y ni él, ni ningún lomo volvieron a aparecer sobre la superficie del mar. 
Entonces, tomé el timón, sabiendo que mi vida no sería la misma desde que él ya no iba a estar. Ahora, algunos dicen que en noches de luna llena se ven a dos delfines navegando en el lugar.










Finalista V Concurso de Cuentos Breves. Surcando el viento.
Publicado en el libro Saber estar.
Tu Concurso Literario. España. Abril 2020.

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