Los vecinos llamaron a los bomberos cuando vieron salir
mucha agua de la ventana de un viejo edificio. Al llegar éstos, la casa estaba
completamente inundada, con el sofá, la mesa, el televisor y el bargueño flotando
en el living. Por suerte, no había nadie dentro y los bomberos pudieron salvar
al gato, pero no así al canario que murió ahogado. Los peces de colores
liberados de la pecera, eran los únicos seres vivos que nadaban felices por la
casa.
Que buena suerte de los pececillos y del gato, bien por ellos, pena por el canario.
ResponderEliminarMe gusta tu cuento, los peces felices, supieron serlo.
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