lunes, 17 de octubre de 2016

Vivencias de un lector andariego

Esa noche, un afamado coleccionista de libros antiguos estaba muy apesadumbrado porque quería participar como escritor aficionado en un concurso literario, pero le quedaba muy poco tiempo y no podía imaginar nada. Fue al leer una frase de Cervantes, cuando un relámpago lo iluminó y pensó en describir las vivencias de un lector andariego.
La certeza de lo que debía escribir lo sacudió con vigor despertándolo de su angustia y se dirigió rápidamente hacia su vieja computadora, arrimó la silla, se sentó frente a ella y elaboró un largo relato en el monitor. Cuando finamente lo concluyó estaba emocionado, porque había volcado en el protagonista de esa historia sus propias aventuras recorriendo el mundo como un apasionado lector y coleccionista de libros. Estaba convencido que con ese relato de sus experiencias y vicisitudes para la obtención de ejemplares desconocidos en el ámbito literario obtendría algún premio en el certamen.
Cuando faltaban pocos minutos para el vencimiento de la entrega, se puso sumamente nervioso porque la memoria de su computadora comenzó a fallar y sólo después de ingentes esfuerzos logró enviar el mail con el archivo del relato, unos segundos antes de la hora establecida y sin poder acceder al contenido del mismo. Sin embargo, al día siguiente se tranquilizó al recibir el mail de los organizadores confirmándole que su obra había llegado correctamente y estaba participando en el certamen.
Durante varios días antes de la fecha estipulada para el fallo del jurado, la incertidumbre le carcomía el alma, hasta que cuando finalmente recibió la información, quedó completamente decepcionado porque su obra no había sido premiada, ni estaba entre las diez seleccionadas como finalistas. De todos modos, tal como estaba previsto en las bases del concurso, su relato pasó a integrar la edición de un libro de antología, junto con los demás participantes del evento literario.
Cuando después de unos meses le enviaron por correo el libro a su casa, grande fue su sorpresa y consternación al leer que su obra titulada  “El lector andariego”, estaba incluida como un minirrelato y sólo contenía la frase inicial del Quijote que lo habían inspirado: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho." Lamentablemente la continuación con el extenso texto donde había volcado todas sus vivencias como lector y coleccionista de libros, se había borrado del archivo al fallar la memoria de su computadora, cuando trató de enviarlo a último momento.






3º Finalista Concurso de Relatos breves
Incluido en el libro de antología  “Vivencias”
Asociación Letras con Arte. España. Octubre 2016.

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