Le escribe mil poemas a las cosas
y otros mil le quedan en el tintero,
mientras siente el trinar de algún jilguero
que baña de melodía a las rosas.
Le escribe a unas florcillas primorosas
mirado ensimismado al jardinero,
quien ya concluye con su derrotero
envuelto en unas plantas muy hermosas.
El reverdecer de la primavera
le brindó a ese parque la bienvenida,
para que la belleza allí estuviera.
Y el poeta con su alma conmovida
le escribe evocando su vez primera,
un amor que su corazón no olvida.
Incluido en el libro: Rito de amor.
Creatividad Literaria. España. Enero 2025.