En un rotoso patio de ladrillo
tuvieron los tangos su acogimiento,
con el sainete de acompañamiento
en la vieja casa de un conventillo.
Humor y drama captaron con brillo
la vida y las costumbres del momento,
las que eran dichas con un argumento
en un lunfardo de especial tonillo.
Los tangos en los sainetes cantaban
muchas nostalgias de la inmigración, ´
que en el arrabal porteño soñaban.
Y entre mucha alegría y emoción
en el patio reían y lloraban,
con la bella voz del bandoneón.
Finalista VII Concurso de Sonetos. Recuerda.
Incluido en el libro: Paisaje urbano.
Mundo Escritura. España. Diciembre 2021.
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