Estaba tan desesperado cuando ella me dejó sorpresivamente, que la busqué moviendo el mundo entero para que me diera una explicación. Pero el mundo es un pañuelo y fue luego de varios años que casualmente volví a verla. Estaba sentada en un bar tomando un café, avejentada y mirando la nada. Con mi soledad a cuestas quise acercarme para reprocharle aquella actitud, pero pensé que ella ya tenía bastante dolor encima. Entonces, me fui del bar sin decirle nada, porque tenía muchas ganas de llorar.
Finalista VII Concurso de Microrrelatos. La mujer mueve al mundo.
Incluido en el libro: Condición de mujer.
El Muro del Escritor. España. Abril 2021.
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