Aquel cálido amor
que tuve con él durante el verano fue como un rayo de luz que llegó
y me llenó de placer y felicidad, pero luego se apagó para siempre,
iluminando
tan solo unos instantes de mi vida.
Sin embargo el calor de ese amor lo llevo dentro mío, y ahora en la
primavera, en la soledad de mi existir, siento que aquel rayo de luz
vuelve a resplandecer, cuando percibo al niño moverse en mis
entrañas.
Finalista VI Certamen de Microrrelatos de amor.
Publicado en el libro: La lave del amor.
Letras como Espada. España. Marzo 2020.
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