El
día de San Valentín compró un ramo de flores y para imaginar que
se lo mandaba su ex novio, escribió su nombre en la tarjeta,
rogándole al Santo que los hagan reconciliar. De la florería le
enviaron un ramo mucho más hermoso, y alegrándose del error, así como vino lo puso en el
florero. Grande fue su sorpresa cuando luego
recibió el ramo que ella había comprado. Mientras corría hacia
el florero para leer la tarjeta, le agradeció al Santo haber hecho
el milagro de conseguirle un novio mejor.
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