Un miércoles a las tres de la tarde jugaban River y Boca, el superclásico del fútbol argentino. Yo era simpatizante de River, pero los tres compañeros de la oficina eran fanáticos de Boca y como yo era nuevo, era blanco permanente de sus chanzas y cargadas. El Gerente también era de River, pero con él obviamente no se metían.
Como el partido no lo daban por televisión, la única alternativa era escucharlo por radio y ese día fui preparado para mi venganza, en complicidad con el Gerente, que el día anterior aplaudió mi idea con una sonrisa.
El día del partido, llevé la radio con cassette, donde había grabado tres goles de River a Boca, en el relato de Víctor Hugo Morales, un prestigioso relator de fútbol en Argentina.
Justo a las tres de la tarde, el Gerente, llamó a una reunión urgente a los tres en su oficina privada, para analizar las fechas de los trabajos, que estaban muy atrasados. Esto les causó sorpresa y desazón, porque ellos estaban prestos para escuchar el partido por radio, mientras realizaban sus tareas.
Entonces, en el momento que los tres compañeros estaban hablando con el Gerente, puse la radio en la oficina general donde me encontraba. Como premeditadamente la puerta de la oficina vidriada del gerente quedó semiabierta, el relato de Víctor Hugo les llegaba como una especie de murmullo.
Ya al minuto de juego, intercalé el cassette grabado y el grito espectacular del primer gol de River en la voz de Víctor Hugo, les llegó nítido a sus oídos, mientras el Gerente les estaba dando instrucciones. Repentinamente, los seis ojos desaforados de los hinchas de Boca me miraron confundidos y consternados, mientras veía una sonrisa reprimida en el rostro del Gerente.
La reunión continuó en la oficina, mientras puse en la radio el relato normal del partido, que por otro lado era muy parejo y luchado. Hasta que a los cinco minutos, otra vez intercalé el cassette con el grito del segundo gol de River.
Otra vez los seis ojos se volvieron instantáneamente hacia donde yo estaba y había angustia en ellos, mientras el Gerente le seguía hablando, con cara de satisfacción.
Luego mientras continuaba la reunión, a los diez minutos puse nuevamente la grabación con el tercer gol de River, que en el relato de Víctor Hugo, esta vez hizo vibrar el aire de la oficina. Entonces, los tres ya no aguantaron más, salieron como una tromba y se abalanzaron hacia donde yo estaba.
— Che loco, ¿ya va ganando River 3 a 0? ¿Qué es lo que pasa con Boca? Me dijeron cuando llegaron desaforados a mi lado.
De pronto, cuando escucharon que el partido iba 0 a 0, lo comprendieron todo y me miraron enfurecidos. Fue el Gerente que me salvó, cuando desde atrás, los llamó con cara seria, para continuar la reunión.
Por suerte, para mi integridad física, ese partido lo terminó ganando Boca por 1 a 0, con un gol en el último minuto de juego y aquella desesperación de mis compañeros, con aquel odio salvaje hacia mí, quedó como una anécdota en el recuerdo, ante la alegría del triunfo.
Seleccionado Concurso “Prendí la radio y se encendió el aire”
Incluido en el libro del 25º aniversario de la radio Universidad- FM CALF.
Universidad Nacional del Comahue. Neuquén. Argentina. Abril 2013.
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