El poeta estaba pasando las vacaciones en un hotel frente al mar, concibiendo versos inspirados en misteriosos amores de navegantes. Un dia se despertó repentinamente al amanecer, al sentir un beso húmedo y salado en sus labios. Entonces tuvo una presunción y se dirigió corriendo hacia la playa. Y allí, a lo lejos, e iluminada por el sol de la mañana, le pareció distinguir al poeta la cola plateada de una hermosa sirena danzando sobre las olas.
Finalista XI Certamen de Microrrelatos. Mesa de Ocaña.
Letra como Espada. España. Agosto 2025.
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