En ese frío atardecer de invierno envuelto en el silencio y la soledad, el poeta no lograba escribir, debido al estremecimiento que tenía en su alma por un desengaño amoroso, cuando observó que se habían apagado los leños del hogar. Y fue al encenderlos, cuando al ver al ver el alegre danzar de las llamas le renacieron cálidas esperanzas, y entonces, acompañado de una copa de vino, su pluma comenzó nuevamente a hilvanar palabras.
Finalista X Concurso de Minicuentos. Hilvanando palabras.
Incluido en el libro: Bajo luna hechizada.
Mundo Escritura. España. Agosto 2024.
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