Al volver a mi pueblo, aquellas calles arboladas con casas de jardines floreados habían sido desvanecidas por el polvo y el viento. Ahora solo veo los restos de la estación, que en época pasada le daba vida. Y envuelto en la nostalgia por aquellos trenes, con sus rieles, balastos y durmientes, me parece escuchar como un eco lejano, los estampidos secos de unos disparos, junto a un grito de "¡No clausuren el tren!" que provienen de un cielo distante, suspendido en el espacio y el tiempo.
Finalista IX Concurso de Micronarrativas. Vivir y contar.
Incluido en el libro: Algo familiar.
Creatividad Literaria. España. Agosto 2024.
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