Despacio el poeta entra en agonía,
en una noche larga sin mañana,
mas sus versos con esperanza vana
buscan salir a la luz todavía.
De su rostro angustiado en ese día.
un anhelo de sus ojos emana,
con sus labios algún sonido hilvana,
y en su mirada hay una poesía.
Pero al decir esas rimas postreras,
su boca un sordo quejido profiere,
y solo habla con su triste mirada.
Allí surgen sus lágrimas primeras,
porque le duele el saber que se muere,
y sus versos se pierdan en la nada.
Finalista VI Certamen de Sonetos. Francisco de Quevedo.
Incluido en el libro Haikus y Sonetos LXIX.
Letras como Espada. España. Abril 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario