Ni el cielo que al poeta le decía
que no tendría fin su desventura,
podía hacerle olvidar su ternura
la que estaba inmersa en su poesía.
Ni el recuerdo que de un día a otro día
cambió su alegría por amargura,
le impedía en aquella noche oscura
tener la esperanza que ella vendría.
Fue al moverse unas flores con la brisa
que envuelto en una ilusión agradable,
de pronto apareció con su sonrisa.
Y al verla tan cercana y deseable
con la luna besándola sin prisa,
el amor del poeta fue alcanzable.
Finalista VIII Concurso de Sonetos. Homenaje a las mujeres.
Incluido en el libro Metamorfosis.
Mundo Escritura. España. Abril 2022.
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