Poco me importa lo que me reprocha la gente por todo lo que pasó. Me decían que era imposible, que ella navegar nunca querría y jamás se fijaría en mí. Pero yo la observé, la elegí, la seguí, la perseguí y la cerqué, como un halcón a su presa . Dijeron que jamás se fijaría en mí, pero con mi hermoso velero la atrapé.
Y navegamos de puerto en puerto, de río en mar. Tomamos cerveza fresca en las templadas aguas del río y un cálido vino tinto, en las frías aguas del mar. Nos amábamos en las noches acurrucados en el camarote y nos revolcábamos en las tardes sobre la cubierta, bajo el sol.
Como podrían entender la gente que con el tiempo se calmó su ardor. Que ella paso a ser una copa de agua y en los puertos yo tenía mucha sed. Cuando me marchaba, ella lloraba sola con su pena. ¿Qué me puede criticar la gente? si así era yo.
Pero al volver un día con unas copas de whisky demás, tropecé y caí al piso. Ella enojada me dijo borracho, y yo sonriendo me puse de pie. Luego al gritarme mujeriego, le contesté que alguna pudo haber, pero que solo ella era mi mujer.
Y cuando me dijo hijo de puta, con mi mano tomé su nuca con fuerza y quise golpear su cabeza aquella vez. Como fue que me contuve, solo yo lo puedo entender. Le dije que mi madre no era puta y no la habría de ofender. Todo eso le dije..., el día que se fue.
¿Qué me puede reprochar la gente? si así era yo. Pero ahora sufro su ausencia, y sé que a esa presa, este halcón ya no la volverá a ver.
Finalista VI Concurso de Cuentos breves. Junto al mar.
Incluido en el libro: El mar náufrago.
Creatividad Literaria. España. Septiembre 2021.
MUY BUENO,JOSE
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