El abuelo estaba muy aburrido junto a su pequeño nieto, viendo en el portal de la casa como la lluvia caía en forma monótona y suave sobre la vereda. Entonces, el abuelo se dirigió suspirando al interior de la casa, pensando en la única solución posible para levantar el ánimo. Luego, bajo un paraguas para protegerse de la lluvia, ambos veían felices como el barquito de papel se deslizaba por la corriente de agua en el cordón de la vereda.
FinalistaVII Certamen de Microrrelatos. Mesa de Ocaña.
Incluido en el libro Cielo azul.
Letras como Espada. España. Agosto 2021.
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