Cuando ya empieza a descorrerse el velo de la larga y estrellada noche, el sol emerge imponente en el horizonte de la mar. Radiante y feliz, en un bello rito, el sol danza con las aguas agitadas de la mar durante el día, en una sensual melodía de amor, inundando con su luz, las hermosas tonalidades azules a sus oleajes.
¿Tal vez desea la mar desnudarse ante el sol para mostrar su majestuosa grandeza? o ¿tal vez el sol quiere que la mar le devele el mágico secreto de sus legendarias sirenas?
Pero no todo es amor platónico. Con la atracción de la luna, ambos se apasionan buscándose con un fogoso juego erótico de voluptuoso frenesí. Y finalmente, en un mágico arrebato de excitación, el sol eyacula su ardiente luz plateada sobre los festones de espuma de las olas rompientes de la mar.
Pero al llegar el crepúsculo, el sol comienza a bajar sus rayos, emitiendo unos dorados espejos que enrojecen los colores del cielo. Y cuando el ocaso empieza a ser noche, como una gigantesca bola de fuego inicia su agónico descenso, para desaparecer en el horizonte infinito de la mar. Y con la muerte del sol, el cielo estrellado se disuelve en un baño de luna, que ilumina durante la noche la inmensa pena de la mar, disuelta en su vasta salinidad.
Pero en ese perpetuo y misterioso abismo de luz y oscuridad, el sol renacerá milagrosamente en el horizonte azulado del alba, con una aureola de miles de reflejos. Y durante el nuevo día, volverá a amar a esa mar apasionada en una trama de tiempo eterna e inmortal.
Finalista V Concurso de Relatos breves. Junto al mar.
Publicado en el libro Como el mar.
Creatividad Literaria. España. Septiembre 2020.
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