Aquella nave pirata surgió inesperadamente sin ser detectada por el galeón español y como ya estaba muy cerca de la popa, le fue imposible escapar. El abordaje fue inmediato y los garfios de los piratas no tardaron en clavarse con saña en los marineros del galeón. Mientras se escuchaban sus gritos desgarradores, los tiburones daban cuenta de algunos cuerpos que flotaban a la deriva. Fue allí cuando su madre se arrodilló frente a la bañadera llena de juguetes, provista de esponja y jabón.
Mención del Jurado VI Concurso de Minicuentos.
Un bargueño para mis cuentos.
Publicada en el libro: Toda la verdad.
Mundo Escritura. España. Septiembre 2020.
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