— Cállate
y dime qué tengo que hacer para que me dejes. Es cierto que me
equivoqué tontamente y perdí una gran oportunidad
para aprobar la materia. ¿No te
parece que ya he tenido suficiente sufrimiento al ver que otros que
sabían menos que yo aprobaron sin problemas?
—
Por
favor remordimiento, márchate
de
mi conciencia, vuelve de donde viniste
y
déjame dormir tranquilo, que ya no soporto más el hecho de haberme
acobardado a último
momento para presentarme a dar el examen.
Publicado
en el libro Premonición.
El
Muro del Escritor. España. Agosto 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario