sábado, 15 de agosto de 2020

Regreso caluroso

Después de trabajar todo el día en la oficina con aire acondicionado, comencé a prepararme para regresar a casa, pensando que afuera en esa tarde calurosa de verano, la temperatura rondaría en los cuarenta grados. Cuando salí a la calle el golpe de calor fue brutal. Traté de recobrarme como pude, y recorrí las cuatro cuadras para tomar el colectivo, buscando caminar por las sombras para no quedar expuesto a los ardientes rayos del sol.
Cuando llegué exhausto a la parada, había una muchacha hermosa con los mismos síntomas de abatimiento, pero tenía más suerte que yo, debido a la poca ropa que llevaba, y me quedé pensando si no la afectaría el aire frío cuando subiese al colectivo con aire acondicionado. Pero al arribar, vi que tenía las ventanillas abiertas, por lo que era evidente que no contaba con refrigeración.
Cuando ascendí al colectivo, los pasajeros estaban apretujados y el ambiente era bochornoso. Tuve que viajar parado tomado del pasamanos, apretado junto con la chica que había subido conmigo. Entonces, cerré los ojos, pensando en cada bamboleo del trayecto, en lo agradable que hubiese sido ese viaje, si la temperatura en el vehículo hubiese sido la ideal.
En esos momentos, completamente aletargado por el calor, una cólera creciente se fue gestando en mi interior contra los empresarios del transporte. Pero esa cólera se incrementó mucho más cuando bajé, al percatarme que me habían robado mi billetera con mi dinero y todos mis documentos.

 












Finalista V Concurso de Cuentos breves. Viajes.
Publicado en el libro La soledad.
Creatividad Literaria. España. Agosto 2020.

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