En esa cálida tarde de verano, temblaron las frías paredes de la sala de autopsias del viejo hospital. Había entrado un ser de la zoología fantástica sediento y cubierto de transpiración, el que envolvió el aire con su aliento putrefacto. Mientras disfrutaba de la baja temperatura ambiente, observó a los cadáveres diseccionados y sonrió con unos afilados aguijones. Luego se dirigió a las camillas, aleteando y aferrándose con sus múltiples patas, a fin de saciar su sed con sangre fresca.
Finalista IX Concurso de Micronarrativa. Tardes de verano.
Incluido en el libro: Una tarde inolvidable.
Creatividad Literaria. España. Septiembre 2024.
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