Con desdén lo tildaron de salvaje
aquellos que sus tierras invadieron,
acaso fue porque ellos no pudieron
igualar el coraje a su coraje.
Convirtiéndola en ceniza caliente
a su llama la fueron extinguiendo,
no permitieron que siga existiendo
y a muerte persiguieron al valiente.
La razón en la punta de su lanza
halló motivos en su vida dura,
y basta con poner en su escultura:
murió para ser libre y eso alcanza.
Finalista X Concurso de Poesías. Héroes cotidianos.
Incluido en el libro: La puerta de la esperanza.
Creatividad Literaria. España. Julio 2024.
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