―Por favor tío, sea breve. Hay otros cabrones esperando, ¿vale?―, le dijo el conserje en un viejo hotel de Madrid, mientras la morocha lo hacía pasar a su habitación. Cuando ella se le insinuaba, empuñó el revólver y le disparó. Al escapar por la ventana, vio en la calle a un guardia civil parado junto a su patrullero y le tiró a la cabeza. Las llaves estaban puestas, y cuando huía echando putas perseguido por otros patrulleros, se colgó Internet.
Seleccionado II Concurso de Microrrelatos.
Pongamos que hablo de Madrid.
Incluido en el libro Madrid .
Diversidad Literaria. España. Julio 2023.
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