Esta mañana cuando yo le hablaba
en su rostro y sus acciones veía,
que de ninguna manera creía
que en la distancia ella me acompañaba.
Convencerla con palabras buscaba
y aunque jurara que no le mentía,
entre el llanto que su dolor vertía
mi corazón de pena palpitaba.
Entre recuerdos con indicios vanos
su dudar hacía que me angustiara,
y mi alma la tenía entre sus manos.
Entonces le rogué que me aceptara,
porque sufrí en esos pagos lejanos
y mi amor a ella hizo que regresara.
Incluido en el libro Cielo blanco.
Mundo Escritura. España. Abril 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario