El poeta recuerda con nostalgia los atardeceres de otoño en aquel valle encantado, donde vivía en su juventud. Los árboles adquirían un tono amarillo y pardo, mientras esperaban la llegada del invierno. Cuando el sol caía en el ocaso, se iban alargando las sombras de las colinas. Y al irse deslizando sobre ese colorido, el valle se convertía en su alma impregnada de poesía, en algo mágico y maravilloso.
Seleccionado VI Concurso de Microrrelatos. Otoño e invierno.
Incluido en el libro Otoño e invierno VI.
Diversidad Literaria. España. Enero 2023
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