En esa calurosa tarde de verano estaba en un bar, tratando de inspirarme para participar en un concurso de poemas de amor, cuando de pronto la vi buscando una mesa para sentarse. Era algo mayor que yo, pero bastante arreglada, parecía una joven muy atractiva. Fue al cruzar nuestra miradas cuando descubrimos entre nosotros una recíproca atracción. Entonces le propuse con una sonrisa tomar unas cervezas y ella aceptó encantada.
Cuando le dije que era escritor, ella me contestó que también escribía, y nos enfrascamos en una hermosa charla sobre literatura. Entre cervezas y cervezas fue pasando el tiempo, y poco a poco, me fue invadiendo una ebria sensualidad. Entonces pensé que era una oportunidad para incentivar mi musa poética y la invité a ir caminando a mi casa, a unas pocas cuadras de allí. Así fue que pagué y tomados espontáneamente del brazo para esquivar las mesas, salimos a la calle ya en la oscuridad de la noche.
En el trayecto ella me obsequió una petaca de licor que había birlado de un estante del bar, que fui tomando del pico. A partir de esos momentos mis recuerdos se hacen confusos. Hubo abrazos y besos en un caminar sobre veredas rotas. Conservo algunos vislumbres de su desnudez, caricias y sensaciones gozosas en mi dormitorio.
Sin embargo, cuando elaboré el poema de amor para el concurso, no conté todo lo que pasó, luego de despertar al otro día, desvalijado y con una terrible resaca. Me bastó describir con romántica satisfacción, que en aquella noche, ebrio de amor y poesía, había sido inmensamente feliz.
Finalista VII Concurso de Cuentos breves. Historias de amor.
Incluido en el libro Cercanías.
Creaitvidad Literaria. España. Marzo 2022.
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