En la montaña nací y fui torrente,
porque el mar es mi meta como río,
una vertiente me arrastró con brío
y corrí tempestuoso en la pendiente.
Fui regando campos con su simiente
de verano cálido a invierno frío,
y así completé el largo desafío
enturbiado en barros por la creciente.
Hoy hacia el mar inquieto me dirijo
como un río con un final abierto,
de rumbo variable y destino fijo.
Donde se une lo vivido y lo incierto
eso para mí es un gran acertijo:
el paraíso ansiado o en la sal muerto.
Finalista VI Certamen de Sonetos. Garcilaso de la Vega.
Incluido en el libro Haikus y Sonetos LXVIII.
Letras como Espada. España. Marzo 2022.
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