Mi existir es un continuo misterio, un nacer destinado a matar y un deseo de reproducirme que lacera mi espíritu con un ardor impulsivo. Pero un virus contenido en la saliva de una bella muchacha debe tener la convicción de esperar. Esperar pacientemente es la clave. Esperar hasta que la presa aparezca, hasta que se acerque lo suficiente… Esperar…esperar… Y en esta fiesta desaprensiva, sé que mi espera no será perpetua. ¡Oigo música!...Alguien se está acercando para invitarla a bailar…
Finalista VII Concurso de Minicuentos. La lupa.
Incluido en el libro: No solo palabras.
Mundo Escritura. España. Noviembre 2021.
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