En esa urbe llena de foránea riqueza
rodeada de una discriminada pobreza,
la selva de cemento lo atrapó sin piedad
en la villa de una inmensa e insensible ciudad.
En su humilde casa de madera y chapa de hierro
el pastor siente la cruel nostalgia de su cerro,
cuando en los soleados días y noches largas
lo acompañaba con sus piedras, cardos y cabras.
Buscando en los viejos recuerdos algún consuelo
siempre vuelve a aquel cerro que se eleva hacia el cielo,
donde en lo alto las blancas nubes forman majadas
que el viento arrea por los caminos de quebradas.
¿Ha sido el destino que del cerro lo alejó
o fue la vida que esa tristeza le asignó?
¡Quien no adivina en el pastor su alma desolada
al ver esa mirada en su cara bronceada!
Finalista VI Concurso de Poesías. Otoño.
Incluido en el libro: Niño interior.
Creatividad Literaria. España. Noviembre 2021.
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