El alma de un soñador inmolado
surge mágicamente entre las sombras
y se eleva raudamente hacia el cielo.
En tanto, sobre el piso de granito
de esa calle tan triste y desolada,
solo queda sangre, noche y silencio.
Pero esos sueños que apagó la noche
aguardan que aparezca el nuevo día
anhelando un venturoso mañana.
Y en esa intrincada trama del tiempo
habrán muchos valientes soñadores
con esos ideales y esperanzas.
Ellos mirarán el frío empedrado
con el cuerpo del joven compañero
que murió por defender sus principios.
Y nacerán reclamos de castigo
para esos represores asesinos
que con frialdad balean y desangran.
Y se escucharán gritos de justicia
que como si fueran lanzas filosas
los perseguirán hasta condenarlos.
Lanzas que sacarán chispas de gloria
de aquellos adoquines silenciosos,
teñidos de sangre, dolor y muerte.
Mención Especial Concurso Literario
Homenaje a Leopoldo Marechal.
SADE Florencio Varela. Buenos Aires. Argentina. Marzo 2021.
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